Hace ya tropecientos años, mi mejor amiga trabajaba en una galería de arte de Madrid. Hacía poco que habíamos terminado en la facultad y yo pasaba con ella tardes enteras en los períodos en los que no estaba de excavaciones o trabajando.
Allí aprendí mucho sobre arte contemporáneo, del que no sabia nada con anterioridad ya que yo soy de prehistoria. Vi y toqué obras de Picasso, Mompó... gente menos conocida, y gente de la que nunca más se sabrá nada; pero fue un artista en concreto el que me fascinó, me hizo admirar y entender el arte abstracto y de cuyas obras aún guardo un bello recuerdo: Sven Inge.
Hasta ese momento el abstracto me había parecido una tomadura de pelo, como a la mayoría de los mortales, no lo entendía, pero al ver aquel primer cuadro que presidía la sala grande nada mas entrar a la galería... esa fuerza, esas texturas, el movimiento dentro de un lienzo... me quedé con la boca abierta.
Desde entonces he admirado y respetado el abstracto y cuando alguien lo mira con cara de decir "¿eso que és?" me dan ganas de decirle "¿acaso la belleza tiene forma? es que ¿eres capaz de definirla?".
Sonrio y pienso, quizás algun día se cruce un Sven en su vida.
2 comentarios:
Me encuentro en ese grupo de profanos, incapaz de poder emocionarme con este genero pictórico, y te aseguro qu elo he intentado una y mil veces.
He tratado de captar esa fuerza que dices del color, esos espacios, ese movimiento, pero chica, lo lamento, no llego. Eso sí, mi respeto y admiración a los que sois capaces de vibrar ante este tipo de pintura.
ALEX.
Ya sabes cual es mi postura respecto al arte en general. Para mí es cuestión de tripas, si lo siento, si me llega, me gusta. Me importa mucho más que la comprensión la sensación y seguro que tu Sven me dirá algo cuando en algún momento pueda verlo porque si tú dices eso....
Biquiños.
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