-Mamá la profe ha traído gusanos de seda ¿puedo tener gusanos?
- Cariño, ya tenemos un acuario, un gato, a tu padre y a ti ¿te parece que no cuido ya de bastantes animalitos?
- no mami, que los voy a cuidar yo, de verdad.
Su carita brilla por la excitación y los recuerdos afloran. Aquellos momentos ya lejanos en que era yo la que tenía cada año la caja de zapatos con agujeritos y dentro un montón de gusanos de seda.
Los contemplaba al regresar del cole durante largo rato, me fascinaba ese tacto blandito, suave, las cosquillitas en la mano y verles como hacían un carril comiendo sin parar aquellas hojas de morera de los árboles de la avenida, cada año más altos y difíciles que se convertian en punto de reunión de la chiquillería del barrio a la búsqueda de las tan preciadas hojas.
La fascinación al descubrir cómo, de repente, comenzaban a tejer y tejer con sus hilos dorados el capullo donde se escondían y salían un interminable mes después, transformados en unas feuchas y graciosas mariposas, tan blanditas y esponjosas como los gusanos y que en poco tiempo, llenaban toda la caja de diminutos huevecillos para después morir.
Tapadera puesta a la caja y a esperar al próximo año, guardada en lo alto del armario, para de nuevo ver, con la misma ilusión, el proceso de transformación.
Tapadera puesta a la caja y a esperar al próximo año, guardada en lo alto del armario, para de nuevo ver, con la misma ilusión, el proceso de transformación.
- Claro hijo, ahora te doy una cajita, pero que solo te de tres eh y sobre todo…
que te de la dirección exacta de las moreras.
20 comentarios:
:)
Tengo asociados recuerdos tiernos con los gusanos y las moreras.
Gracias por despertarlos.
Besos.
Iba a escribir.... pero Toro me ha quitado las palabras de la boca...
¡Ay, qué recuerdos!
besos
Será porque yo ya vivía en el campo, pero nunca he tenido gusanos de seda y, tal como lo cuentas, lo siento bien.
Supongo que en su defecto los pollitos amarillos como bolitas de una lana dulce dulce, puestos en el delantal de cualquiera que se hubiera arriesgado a enfrentarse con la madre o aquel montón de cerditos rosados, todos mamando son recuerdos que me consuelan.
Bonita entrada queridiña, recuerdos que no se van.
Bicos
P.D. algún día escribiré sobre los placeres que cité.
Lo malo de los gusanos era que se reproducían bestialmente. Y al principio empezabas con siete y para el año siquiente ya eran 600 jejeje.
Besos.
Como han cambiado los tiempos, que,lo mas complicado de la historia parece ser, el conseguir ese preciado manjar para nuestros gusanos. El saber la dirección exacta,donde encontrar esas hojas de morera.
Yo afortunadamente, aún mantengo localizadas varias zonas y varias moreras en pleno brote primaveral.
Besitos Froiliuba.
Alex.
pues nunca he tenido gusanos de seda y nunca los he visto.
¡oh, que pena!
¿nos dejarás una foto?
biquiños.
... cuando eramos más pequeños mis hermanos y yo; solíamos "cuidar" -guardados en una huevera de plástico- cada uno, a un caracol.
Con una hoja de lechuga fresca que cambíabamos todas las noches.
Verlos salir de su concha e ir mordisqueando el verde mientras movían -lentos- sus cuernos, era "la caña"!
Buenos recuerdos. Buen texto.
Un saludo
Ya no pienso igual de tener mascotas, y para mi los gusanos no dejan de serlo, por mucha ilusión que les haga a los niños, prefiero ver a los gusanos libres :)
Me ha encantado como has descrito todo el proceso... esponjosas, si :) tan delicadas... como el alma cuando se te queda esponjosita al ser feliz ;))
¿Sabes? La veo y no la percibo igual que en mi espacio... curioso, pero agradable. Muchas gracias.
Un abrazo y buen fin de semana :)
Todos tuvimos gusanos de seda en nuestra niñez, quizá porque en los tiempos de la postguerra era la mascota que costaba menos mantener y que tenia un original proceso de evolución.
El unoco problema. que queneralmente resolvñíamos por intercambio de informacion entre compañeros de colegio, era saber donde se podían encontrar las hojas de morera.
Besos
Recuerdos de mi infancia en mi sante fe querido, cuando guardabamos animalitos en las cajas debajo de la cama y los gusanitos también!!! Aquellos buenos viejos tiempos!!!
Muy buen post!!
Un saludo y buen fin de semana!!
Omar
Bueno como decir no a esa carita,a ese niño... Por qué sólo tres?, creo que esa pregunta ya te la hice ;-)... Si estuvierais aqui las moreras las tendríais bien localizadas y las hojas frescas nunca os faltarían , eso correría de mi cuenta...
Sabes, a mi me encantaba igualmente su tacto y me maravillaba siempre su transformación, la que veía día a día atraves de un pequeño orificio que yo misma hacía a un capullo al azar...
Me alegra leerte de nuevo por aquí , mira tú melona , escapandome un poquito para leerte...y para recordar...
besos
ahhh y la nueva imagen de tu cabecera , preciosa, una envidia esa flor...quien fotografiara así¡¡¡...
Eso me ha recordado a mi infancia, cuando los gusanos de seda estaban por casa, dentro de una caja de carton con agujeritos e íbamos a las moreras a recogerles hojas.
Buenisimo y la direccion de la morera te la dieron?????
Cariños y buena semana!!!
Evocas muy bien esa curiosidad y fascinación por los bichos. La foto está como siempre a la altura. En mi caso no teníamos moreras a la vista y nos conformamos con una tortuga, que contra viento y marea de los adultos fue cuidando cada uno de los miembros de la clase hasta que un día desapareció...
¡hola!
Veo que nos unen por lo menos 3 cosas.
Miguel Angel, Vermeer y los gatos. Ja,ja. La de la fotos de mi blog es gata, Luna y tiene 11 años.
Gracias por el apunte sobre Hupka. Si, lo conocía y son fotos tremendas.
Un saludo
Cristina
De joven siempre teniamos que ir a por hojas de morera para los gusanos de seda, son animales curiosisimos, ver como construyen el capullo, mueren y nace la mariposa, me has hecho recordar mi niñez, un placer leerte.
que tengas una feliz semana.
jeje que cosa más alucinante ver la metamorfosis de los gusanos de seda y que bella poesia de la vida es, yo también tuve y lo que más gracia me hacía era ir a buscar las hojas y dárselas y comprobar cuan rápido comían y crecían...y luego cuando tejen...claro que sí todos los niños deben tener algún momento gusanos de seda.
Salud
dv
Yo esa sensación no pude disfrutarla con gusanos. Mi madre odia a los "bichos". Sin embargo, tengo el vago recuerdo de haber compartido con mi hermano varias veces el cuidado de unos pocos caracoles. Fue genial, sin duda.
Yo creo todos hemos experimentado alguna vez con esa sensación, sea con los animalitos que sean.
Como olvidar esos momentos!!. Primero Ninalla y yo y luego tu. Claro que mejor eran los gusanos que el pollito que trajiste un dia a casa y que, como todo animalito crecio y era dificil de mantener en un pisito de un barrio de Madrid y que un dia se "suicidio" cayendo de un cuarto piso.
Que mi sobrino disfrute tambien de ese placer de ver el proceso de evolucion de los gusanos de seda que sera una experiencia para contar el dia de mañana.
Besazos
La Mayor
Publicar un comentario