Apostada en su roca, cantaba la sirena su canción:
Del océano de mis ojos
de mi sonrisa de olas
de mi voz de sirena,
fíate marinero.
que si tu nave
en mi roca encalla
no querrás reparar
ni volver a pisar,
la tierra
El marinero al escucharla no lo pudo resistir, lanzó su barco contra las rocas dispuesto a ser devorado por ella, a perderse en el fondo de sus ojos, aunque fuera sólo por un instante.
La sirena no lo pudo devorar. Se hundió en el brillo de su mirada y el sabor de su boca por un breve período de tiempo, el justo para que él reparase los desperfectos de su nave y partiera de nuevo rumbo a su tierra, acompañado de un bello pensamiento:
“¿Dónde estará esa dulce sirena de mirada cálida y labios entreabiertos, donde perder mi boca en el deseo?
Soñar no tiene precio, y soñar con un deseo tampoco. Así que nadie me puede robar una intención... la de verla si cierro mis ojos, la de sentir su piel, su olor, su tacto, y su mirada.
Soy feliz por tan poco y con tanto, que sólo puedo sonreír y pensar que un día quizás... sea un quizás.”
Imagen: El pescador y la sirena, de Frederick Leighton.
10 comentarios:
¡Hola!
Siempre he oído que las sirenas son seres atrayentes y que embrujan o subyugan o hechizan a los hombres de mar que quedan atrapados en el recuerdo de su visión y de sus cantos.
Lo curioso de tu entrada es que, quien parece embrujada es la propia sirena también.
Curioso.
Pues, sólo pasé a saludarte. Ya vendré con algo de tiempo a comentar.
Un abrazo afectuoso para ti bonita
Pilar
(grupobuho)
:)
Me ha gustado. Mi hermano es marinero, espero que no se lo lleve ninguna sirena... Besos.
Preciosos versos.
Bonito relato.
Alex.
Bueno, este texto no llega a soprender, le falta, creo yo, un canto de sirena mas pronfundo y un lenguaje más evocador o bien más intensidad en su oleaje, quizá como una tormenta sin tormento, en todo caso, el esfuerzo es notorio y se puede apreciar el buen hacer de un intento hermoso.
Recuerdo una frase de Gabriel Celaya que viene a la medida.
"En tanto que sobre la tierra quede un hombre para cantar, nos será permitido esperar""
un muy cántico abrazo.
Ruben Dario primó, en sus escritos, el precisismo, la precisión formal, la belleza sin fondo, sin alma. Resultado: una obra bana, vacía, interesante desde el punto de vista de la historia de la Literatura pero sin ninguna Influencia posterior. Otros autores (J.Ramón Jimenez, Lorca, Alberti, Dámaso Alonso), rompieron con esa "formalidad" y dieron VIDA a su obra. Resultado: todavía hoy son admirados y queridos (incluso por los iletrados). Cervantes, un autor bastante mediocre durante casi toda su obra, supo en una hallar la clave de su genio. Con solo una obra, que no es precisamente un dechado de precisión ni de buenas formas de escribir, logró que su nombre sea elegido como el más importante de los escritores en lengua castellana.
Sigue buscando "tu obra", tu estilo (que no es mejor ni peor que el de cualquier otro). Busca tu voz, aunque sea a través de las voces de otros, aunque sea a través de lo mal hecho. Todos los intentos son buenos (además, no te vas a ganar la vida con tus relatos: es solo un "pasatiempo") si con ellos consigues buscar en tu alma, en tu ser y logras expresar, con mayor o menor precisión lo que quieras (Juan Ramón Jiménez dijo "¡Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas! … Que mi palabra sea la cosa misma, creada por mi alma nuevamente..." [Eternidades])
Me encantó. El canto de la sirena no lo aprisionó pero lo encadenó de por vida a un sueño. Precioso.
que hermoso sitio.
llegue hasta aca como quien dice de "casualidad"
y compartimos una genial coincidencia... ambos amamos el cuadro de Vermeer!!!
que lindo.
saludos cordiales
Precioso poema, y bellamente ilustrado.
Por supuesto que pudes enlazarme, no hay problema.
Saludos
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