Ella miraba fijamente la taza de porcelana dándole vueltas y vueltas a ese the ya frió, la música de fondo se le clavaba dolorosamente en los oídos, y unas lágrimas manchadas de rimel resbalaban camino de la boca.
Sí, lo tenía totalmente decidido, no le iba a ver, no iría a aquella cita con ese hombre que había llenado tantas horas de sus largas noches.
Con él había compartido al principio anécdotas, después penas y alegrías y sin saber ni como, poco a poco, se había enamorado.
Nunca llego a entender muy bien cómo ni porqué. Había pensado que eso era algo que a ella no le ocurriría, cuando le contaban esas cosas lo oía con escepticismo y sonreía, y ahora era el momento, pero… no tenia el valor suficiente para saltar del mundo mágico de la red a la cruda realidad.
El miedo a descubrir que en el fondo él era un producto de sus pensamientos, que la vida era otra cosa y que cada cosa debería permanecer en su sitio. Sí, cada cosa en su sitio, le decía su analítico cerebro.
Terminó el the de un trago y retocó, como pudo, su maquillaje. Salió a la calle y el aire fresco le dió en la cara, lo necesitaba. Subió al coche y aceleró, su cabeza estaba a punto de estallar.
Lo primero que hizo al llegar a casa tras besar a su familia fue, cambiar de nick.
Con él había compartido al principio anécdotas, después penas y alegrías y sin saber ni como, poco a poco, se había enamorado.
Nunca llego a entender muy bien cómo ni porqué. Había pensado que eso era algo que a ella no le ocurriría, cuando le contaban esas cosas lo oía con escepticismo y sonreía, y ahora era el momento, pero… no tenia el valor suficiente para saltar del mundo mágico de la red a la cruda realidad.
El miedo a descubrir que en el fondo él era un producto de sus pensamientos, que la vida era otra cosa y que cada cosa debería permanecer en su sitio. Sí, cada cosa en su sitio, le decía su analítico cerebro.
Terminó el the de un trago y retocó, como pudo, su maquillaje. Salió a la calle y el aire fresco le dió en la cara, lo necesitaba. Subió al coche y aceleró, su cabeza estaba a punto de estallar.
Lo primero que hizo al llegar a casa tras besar a su familia fue, cambiar de nick.
Foto tomada de: http://www.freyja.cl/blog
4 comentarios:
¿Pero siguió bebiendo té?
Es difícil..., la duda..., sobre todo desde la perspectiva de una mujer, un hombre seguro que no tendría tantos remilgos.
Porqué cambió de nick?, porque esconder la cabeza debajo del ala?, acaso se dió cuenta que la realidad estaba en ella y no en la red?.
Quizas debió de acudir a aquella cita, y mantener su nick.
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