Hoy he sacado una vieja pluma, y con ella, los recuerdos de la Facultad, aquellos cientos de hojas escritas con pluma, apuntes emborronados de tinta y que aún se conservan muchos de ellos en casa de mi madre, ya caducos en su mayoría, pero resistiendose a ir al cubo de la basura.
Con el "ris ris" de la pluma sobre el papel vienen a mi cabeza recuerdos, recuerdos asociados a sonidos y olores. Olores que no sabes como describir pero que llegan unidos inevitablemente a imágenes y que perduran en el tiempo allí dentro, en tu cabeza.
Uno de los olores que más impregnados tengo es el de mi hijo cuando era un bebé, muchos ya sabéis a que me refiero, ese olor a cabecita infantil, esa mezcla de leche e inocencia, seguro que si los ángeles existen huelen así.
Un olor asociado a la imagen del bebe en brazos mamando, momentos de paz, de infinita ternura, de comunión total en que miras esa cosita chiquita y piensas ¿como he sido capaz yo de hacer esto? y te ves sorprendida, admirada.
El sonido de su boquita, en tu pecho chupeteando y dejando caer un hilillo de leche cuando sus ojitos se cierran, se duermen y una sonrisita aparece en su cara a la vez que se escapa un leve suspiro de satisfacción.
Esa imagen, ese olor es indescriptible, único, y perdurará siempre en mi recuerdo.
Otro olor que me viene a la mente de vez en cuando es el del campo, pero no un campo cualquiera sino un día en concreto en la excavación.
Seria octubre o noviembre, alrededor de las siete de la mañana, frío, humedad, olor a naturaleza recién levantada, a escarcha y café recién hecho.
Sentada a la puerta de la caseta donde dormíamos, acurrucada en el abrigo, empapándome de ese campo fresco, mojado y escuchando los primeros sonidos de la naturaleza, los pájaros despertando, viendo como el sol cobrara esa débil fuerza matinal y a un grupo de perdices pasar delante de la casa a pequeños saltitos. El sonido del campo en estado puro, solo sonidos de naturaleza fresca.
Tantos olores y sonidos, instantáneas de la vida tan difíciles de explicar, momentos que solo uno tiene y que por mucho que quieras compartir... cómo compartir un olor, cómo compartir una imagen.
Momentos que regresan al escuchar , simplemente, el "ris ris" de una pluma.
Imágen: Carmen Sasieta . "Maternidad"
Con el "ris ris" de la pluma sobre el papel vienen a mi cabeza recuerdos, recuerdos asociados a sonidos y olores. Olores que no sabes como describir pero que llegan unidos inevitablemente a imágenes y que perduran en el tiempo allí dentro, en tu cabeza.
Uno de los olores que más impregnados tengo es el de mi hijo cuando era un bebé, muchos ya sabéis a que me refiero, ese olor a cabecita infantil, esa mezcla de leche e inocencia, seguro que si los ángeles existen huelen así.
Un olor asociado a la imagen del bebe en brazos mamando, momentos de paz, de infinita ternura, de comunión total en que miras esa cosita chiquita y piensas ¿como he sido capaz yo de hacer esto? y te ves sorprendida, admirada.
El sonido de su boquita, en tu pecho chupeteando y dejando caer un hilillo de leche cuando sus ojitos se cierran, se duermen y una sonrisita aparece en su cara a la vez que se escapa un leve suspiro de satisfacción.
Esa imagen, ese olor es indescriptible, único, y perdurará siempre en mi recuerdo.
Otro olor que me viene a la mente de vez en cuando es el del campo, pero no un campo cualquiera sino un día en concreto en la excavación.
Seria octubre o noviembre, alrededor de las siete de la mañana, frío, humedad, olor a naturaleza recién levantada, a escarcha y café recién hecho.
Sentada a la puerta de la caseta donde dormíamos, acurrucada en el abrigo, empapándome de ese campo fresco, mojado y escuchando los primeros sonidos de la naturaleza, los pájaros despertando, viendo como el sol cobrara esa débil fuerza matinal y a un grupo de perdices pasar delante de la casa a pequeños saltitos. El sonido del campo en estado puro, solo sonidos de naturaleza fresca.
Tantos olores y sonidos, instantáneas de la vida tan difíciles de explicar, momentos que solo uno tiene y que por mucho que quieras compartir... cómo compartir un olor, cómo compartir una imagen.
Momentos que regresan al escuchar , simplemente, el "ris ris" de una pluma.
Imágen: Carmen Sasieta . "Maternidad"
2 comentarios:
Ya veo que los olores son parte importante no sólo en mis recuerdos. Importante y que evocan preciosas historias vividas. Además, has conseguido con ese título tan gráfico y expresivo, despertar aquel recuerdo otro mío, aquel en el que era la pluma (aparte de los sempiternos lápiz o tiza) la protagonista, porque todavía no era muy habitual el uso, incluso luego abuso, del bolígrafo.
Ya ves, tus sensaciones, despiertan otras en otros. Y me gusta.
Hola: Describes muchas de las sensaciones en las cuales pense al pintar "Maternidad", me alegro mucho.
Carinos,
Carmen Sasieta
carmart20002000@yahoo.com
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