Somos los Mods

Era julio del año 84 y fui de vacaciones a un pueblo precioso de la costa murciana, Águilas, con mi hermana y sobrinos.

Una tarde , en el cine de verano, estaba él, flaco, largo, moreno y vestido con pantalón pitillo pesquerito, corbatita, camisa de mangas cortas y una sonrisa preciosa de anuncio del Profident.

Le miré, me miró de arriba a abajo y, con la cara que siempre me ha caracterizado, le pregunté ¿tu también eres Mod? Nos unió la música para convertirse en una gran amistad.

Miguel, para mi ya toda la vida "el mohe", estaba trabajando allí, con él quedaba a ratitos para salir, tomarnos unas copas, reírnos, jugar con los sobrinos... contarle mis juergas nocturnas a las que el no podía apuntarse porque madrugaba . ¡Y tanto que madrugaba! .

Vivía en una casa compartida con varios compañeros más, no he visto casa mas desordenada en la vida, y en ella me colaba yo a la vuelta de las juergas nocturnas a las cinco o seis de la mañana, cuando ellos aun dormían, les despertaba y con carita de sueño Miguel soportaba mis parloteos incesantes mientras le sacaba la ropa del armario y me probaba sus pantalones, sus camisetas... Recuerdo haber echado espuma de afeitar en la cara de uno de los compañeros aun dormidos, me quería matar claro.

El verano se acabó, pero la amistad prosiguió y Miguel venia a Madrid de vez en cuando, perdía por norma el tren, y volvía a venir cuando podía. Cuando su novia de toda la vida le dejó, y le dejó fatal, se vino de terapia de olvido a casa, y estuvimos una semana de juerga. Apenas recuerdo nada de esos días, solo la leche de pantera del Chapandaz y como recuerdo imborrable una foto que seguramente tiene mi hermana, donde estamos en la estación del tren, que esta vez no perdió, con cara de auténticos muertos vivientes, pero felices.

Después la vida fue distanciando los encuentros y los contactos, pero la amistad seguía allí . Volvió hacia el año 93 y estuvo afincado en casa de mi hermana una temporada en la que por trabajo apenas nos vimos y después no nos volvimos a ver.

Pasaron muchos años, tantos como once, pero esa amistad, ese cariño siempre estuvo aquí presente, primero el teléfono, después este maravilloso medio y por fin el vernos, mas mayores si, pero era como si fuéramos aun los dos críos de 18 años que se conocieron en Murcia.

Ahora solo espero que no pasen otros once años para volver a vernos, que ya si que estaremos mayores. Un beso "hermanito" y no olvides que los Who siempre estarán allí.

Y para el que no sepa quienes son :