José do Neto

El verano se acaba, aunque las temperaturas no se den por enteradas en el centro de la Península.

El colegio se avecina con nubarrones de pandemias que, de momento, no interesan más de lo imprescindible, ocupada ya en libros, ropa, zapatos y demás accesorios del pequeñajo.

La rutina, bendita rutina, llama a la puerta para establecerse de nuevo en nuestras vidas y poder descansar de tanto no-descanso que supone el verano.

De nuevo aquí, con todos vosotros, dispuesta a llamar a otras casas, como la mía, de nuevo abiertas.

Inauguro curso invitando a leer un precioso poema que escribió para mi un compañero de la red. Se llama José do Neto (el Cormorán ártabro en este mundillo) y se basó en un cuadro del surrealista Urbano Lugrís Freire para escribirlo. No puede ni imaginar lo "toliña" que me siento con esos regalos.

Hoy lo quiero compartir con todos porque no creo que sea justo que lo guarde sólo para mí.

Gracias José, es precioso, miles de aloumiños para tí.

Desde el mar mayor de Riazor,
con villas inundadas y muertas en flor,
apararece, ante mi, una belida Fro,
como una estrella que señala los caminos de la noche,
como una anduriña que cruza los bajos submarinos,
como una brújula que busca islas inventadas,
como una mariposa en el mástil de una gamela,
como un azul en un pailebote blanco,
como un claro en la niebla nocturna marina,
como un mensaje en la botella del naúfrago,
como un sueño entre sonoros horizontes lejanos,
como una Santa Trahamunda entre palmas.

- José do Neto -