Era magia.
Bueno al menos a esa corta edad a mi me lo parecía.
No recuerdo cómo lo descubrí, supongo que fue en el colegio donde nos explicaron en qué consistía esa magia y cómo se conseguía.
- mamá necesito que me compres tres cristales de espejo alargados del mismo tamaño.
- ¿para qué quieres eso? Preguntó mi madre con extrañeza.
- pues para hacer un caleidoscopio. Respondí alborotada a la vez que atropelladamente le explicaba en qué consistía semejante artefacto.
Era por la tarde, posiblemente invierno y ya anochecido, pero ella dejó la costura a un lado y se arregló para bajar a la cristalería.
Fui feliz haciéndolo. Tosco, unido con la cinta aislante que tenía mi padre, poniendo de base un folio estiradito, mi madre pegó en la parte superior algo para que no me cortase al mirar.
Rellené con cuentas de colores su interior y por fin la magia se hizo realidad, mil formas siempre cambiantes, en infinito reflejo.
Aquel recuerdo se había instalado ya en algún pliegue del olvido hasta que hace muy poco, en la tienda de un museo, descubrí que los vendían. Preciosos, forrados de telas tornasoladas y con todas las medidas de seguridad que marcan nuestras avanzadas y asépticas leyes.
No me pude resistir.
Hoy es mi hijo el que disfruta con la boca abierta de la magia creada por esos cristalitos de colores que presos dentro de un tubo de espejos, forman miles de estrellas diferentes.
- mira mamá que bonita esta! y mira esta otra!
Algo tan sencillo y mágico como un caleidoscopio, hace brillar su carita, como supongo brilló la mía, de felicidad.
Imagen sin firma procedente de Google
19 comentarios:
¡Qué curioso!, para mí también fue algo mágico y que no he olvidado. No podría.
No tenía ni idea de que a más personas le había producido idénticas sensaciones.
El mío, el primero que tuve en las manos, no sé cuál de mis hermanos mayores lo hizo, yo tenía que ser muy pequeña. Pero todavía lo recuerdo, incluso dónde estaba. Y lo más curioso, no sé si había alguien más, tal sólo recuerdo el tosco caleidoscopio.
Más tarde recuerdo que tuvimos uno, ya bien hecho.
He regalado alguno que no sé si ha causado el mismo efecto que a ti o a mi.
Gracias por el precioso recuerdo.
Y me alegro de recuperarte aquí.
Preferiría mirar un caleidoscopio que lo que tengo que ver cada día.
Son divertidos, alegres y bonitos.
O sea, lo contrario de lo que veo diariamente.
Besos.
Alguien me regaló uno cuando niño, y podía pasar largo rato mirando, y nunca se repetía la figura, era magia pura.
Gracias por el recuerdo.
Besos
Nunca disfruté de uno, ni de esas mágicas sensaciones. Pero como todos, tambien yo tengo mis pequeñas "grandes cosas", que me retroceden a la niñez, ese espacio de tiempo que, cuanto mas lejos queda, mas nos resistimos a perder.
Besos.
Alex.
Ah, el caleidoscopio, ese infantil sucedaneo del lsd
Un abrazo
A mí también me han gustado siempre los caleidoscopios. Reconozco que los tenía olvidadillos, hasta que mi hijo Erik me retornó la afición. A él le maravillan, los tiene de distintas formas, tamaños, colores, con luz, automáticos.... Uf, pero con esta entrada me has dado una idea fantástica: construir uno juntos. ¡Va a ser genial!
Ya estamos de vuelta, cielo, y aquí me tienes, fiel, de nuevo.
besotes.
Que grato, aún más cuando has traspasado a tu hijo la magia!!!!
Cariños
Es cierto que encierran magia y asombro generación tras generación esos caleidoscopios.
Y también es un placer leer cómo nos lo cuentas.
Besos.
A los Cronopios siempre nos ha gustado esa magia, ¿verdad?
besos
pues nunca miré por ninguno, tendré que remediarlo en cuanto pueda.
biquiños,
Recuerdos maravillosos que asoman una sonrisa en tu cara y el corazón desbordado por compartir la ilusión con el ser al que más amas, tu niño.
Besos de una gitanilla, te eché mucho de menos en tus vacaciones y ahora había estado un poco desconectada.
Gusto en volver a pasear contigo.
Un placer también, encontrarte por aquí fuera... i los calidoscopios, tengo uno de esos modernos artesanos con pale de aguas, pero recuerdo el primero que vi, que gocé... no sé quien me lo enseñó, no recuerdo anda más que el embobamiento de mirar por esa pequeña ventana...
gracias por el rencuentro y seguimos en contacto.
la del ajo
esto de escribir sin mirar... :(, quería decir papel de aguas...
saludo de nuevo.
Eso del calidoscopio me pasa a mí cuando leo a Lorca.... siempre veo luces de colores, que no dejan de moverse.
Saludos y un besazo!
Yo también experimenté esa sensación. No pude disfrutar del momento único de construirlo y el que cayó en mis manos era de plástico verde..
Tu texto es muy evocador y lleno de detalles que le dan verosimilitud, aunque estuviese totalmente inventado:
"mamá necesito que me compres tres cristales de espejo alargados del mismo tamaño."
-¿para qué quieres eso?
Lo mejor de todo: la sonrisa de un niño.
Manel
Hermosos recuerdos, más aún cuando los revives con tu propio hijo.
Saludos!
Me imagino vuestras caras... la magia mas preciada está en aquellas cosas más simples y más bellas... yo también tuve uno y alucinaba con su derroche de formas y colores....
quiero uno¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Tu cara está siempre iluminada melona, tienes una preciosa luz en toda tú...
En septiembre, debido a nuestras fiestas patrias, encontré también un juego de mi infancia y, tal como tú, fue inútil resistirme, es más, adquirí 4 y así les envié de regalo a mis hermanos.
Hay pequeños grandes detalles que nos hacen recuperar la historia y hermanarla con la de nuestros hijos.
Abrazos bonita
Pilar
Que chulo tu blog, te encontré en el blog De Cenizas y me llamó la atención tu nick...
Saludos
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