... Siempre he tenido unos cuantos amigos maravillosos. Incluso he tenido maravillosos conocidos. Hay momentos en que se prueba la verdad del oro, por lo general mudo, y la del metal sobredorado, por lo general vociferante. Es bueno que, en cada vida, exista alguna ocasión que los distinga.....

(Antonio Gala)



ANÓNIMAS ?? NO.

Todas las obras tienen autor. Triste es que circulen imágenes por la red sin autoría, como simples anónimos. Debemos acabar con esto, por ello invito a todos los artistas a firmar sus obras y a todos aquellos que las utilizan a poner su autoría y a ser posible, el link hacia el autor o no utilizarlas.



Únete y péga este texto en tu blog



2 ene 2009

Ya vienen los Reyes...

Finales de noviembre y ... empieza la canción:

- me lo pido, me lo pido , me lo pido.

- a ver hijo, organízate, que todos los juguetes del mundo no pueden ser para ti eh, piensa bien qué es lo que quieres y recuerda, uno por cada casa.

Tus cinco sentidos, mas ese que se desarrolla cuando te haces madre, se alertan ante el bombardeo que se acerca. Labor ardua es, asegurarte de que es ese y no otro el juguete que realmente quiere y... lanzarte a la caza y captura.

Porque claro está, la publicidad hace estragos y toooodos quieren exactamente lo mismo.

Piensas que como aún es pronto lo tendrás fácil ¡já! es mismo pensaron miles de madres y ves con horror como ese juguete que tu hijo quiere ante todos es el mismo que quieren todos los niños y...

- está agotado.

Miras la cara de mal bicho sonriente que te pone la jovencita de la tienda de juguetes y un sudor frió empieza a recorrer tu espalda. Un mal presentimiento y te abalanzas sobre la guia y empiezas a telefonear a diestro y siniestro.

-agotado, agotado ,agotado... uyyyyyyyyy ese me parece a mi que no lo vamos a tener mas eh, hay no se qué problema con esa fabrica.

Como eres madre de sociedad consumista y quieres que tu hijo sea el niño mas feliz del mundo, decides buscarlo incluso debajo de las piedras en lugar de intentar convencerle de lo conveniente de elegir otro o enfrentarte a la cara de desilusión.

Lo encuentras al fin gracias a una amiga que viviendo a tropecientos kilómetros, ha hecho el favor de comprarlo y enviarlo por correo, respiras feliz ¡¡¡ gracias Ana me salvaste !!!

Ya está todo, solo queda esperar al gran día.

El cinco de enero es cada año mas difícil según van creciendo estos niños. Al principio, cuando son pequeños, es fácil llevarles a la cabalgata llenos de ilusión, colocar todo y al día siguiente disfrutar de esa carita al levantarse,como no, a la hora que canta el gallo, o antes incluso.

Pero el tiempo pasa y año a año, se va complicando la cosa.

Mi hijo tiene ya esa edad terrible en que no sabes muy bien si te está tomando el pelo y se calla como una... para que le traigan los Reyes los dichosos regalitos o si aun cree realmente.

Lo cierto es que las preguntas y las deducciones son cada vez mas complicadas de superar, es como un concurso de esos en los que el grado de dificultad aumenta con el número de respuestas.

- ¿mamá los Reyes de la cabalgata? ¿son los auténticos?

- pues claro que si hijo ¿no los ves con los camellos y los regalos?

- ya pero es que yo creo que son personas disfrazadas porque a los auténticos los niños no pueden verlos y estos van en la carroza con niños y además yo les veo.

Cara de autentica imbécil a la vez que piensas algo rápido y coherente que argumentar.

- mamá y ¿como entran los Reyes en casa? porque si no tenemos chimenea y tú dices que la puerta está cerrada con llave... si entran los Reyes pueden entrar ladrones y monstruos.

De nuevo la cara ya no de imbécil, sino de autentico agobio buscando algo aun más coherente que deje entrar a los tres barbudos e impida el paso a ladrones y monstruos ¡¡ que difícil leñes!!

- no hijo , es que ellos llaman despacito y papi les abre la puerta.

Sí y además les da un café una copa y un puro no te... Respiras un poco ante tanta agilidad mental y casi te felicitas por lo convincente que resultas.

- pero mamá ¿porqué los niños pobres no tienen regalos de reyes? ¿es que son pobres porque son malos?

Ante eso ya no sabes ni que decir, así que inventas cualquier excusa tonta, porque a ver cómo le explicas a un niño la injusticia del mundo de forma coherente, le engañas de nuevo.

- mami, el "nosequién" de mi clase dice que los Reyes no existen, que son los padres.

Después de tanto interrogatorio, tanto estrujarme al cabeza, esto... esto... ¡¡ como que no!!.

-ese niño hijo ¡¡¡ es un gilipollas integral !!! pues claro que existen, lo que pasa que seguro que él es malísimo y como no se merece que los Reyes pasen por su casa, le tienen que comprar algo sus padres para que se calle.

Te has quedado la mar de ancha, el enano te mira totalmente convencido de que seguramente es así y da por terminado el interrogatorio.

Se marcha, uffffffffffffffffffffff que descanso y respiras dos o tres veces.

Entonces te invade la tristeza de saber que estas preguntas son solamente claro indicador de que la magia está a punto de romperse y que seguramente este, será el último año que se levante un seis de enero nervioso y con el brillo de la Navidad en la mirada.

- Francisca B. -

34 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

froiluba: acá los niños esperan al Viejito pascuero (en Chile) el 25 se diciembre, pero hacen preguntas similares y por supuesto no hay respuesta a esas preguntas.

Saludos

fonsilleda dijo...

Todavía recuerdo lo mal que me sentó a mí cuando me lo dijeron; fue un "abrírseme los ojos y un cubo de agua muy fría por encima". Lo pasé mal, fue duro perder de golpe y en un segundo, aquella inocencia que me tenía encandilada y feliz, tan es así que recuerdo exactamente dónde estaba y con quien. La cara decepción fue enorme.
Luego depositaste la ilusión en tus hijas y fue bien hasta que..., pues eso, lo mismo que a ti.
Bicos y ¡ánimo!

Anónimo dijo...

Espero que este post no lo lea la ilusion de un niño.

Unknown dijo...

Veamos Froi, más tarde o tempreno la magia de la inocencia se pierde, pero da paso a otro tipo de magia y esa depende de muchas cosas y no sólo de no saber, sino también de saber el esfuerzo y la alegría con la que nuestros padres o cualquiera que nos quiera de esa manera han puesto en obsequiarnos, esa magia depende de como seamos con ellos y de como ellos sean con nosotros...pero existe...aún existe.

Y al anónimo de abajo, si un niño ya tiene suficiente edad o sus padres les permiten ver ciertas páginas es que ya no es tan niño, o que sus padres... cada uno que complete lo que falta...

Anónimo dijo...

Duros momentos por los que hemos pasado,o pasaran la inmensa mayoria de padres de nuestro entorno social.
Pero creo que es bonito mantener ese espiritu de la ilusión y la magia de los Reyes Mayos, sea cual sea la edad que se tenga.
En mi familia confirmo que se ha conseguido,y aun hoy, mis hijas, que a su vez ya son mamás recientes, viven esos momentos de ilusión y de magia ante el regalo, la sorpresa, y el mundo infantil que al menos unas horas al año, pueden volver a revivir.
¡¡¡Vivan los Reyes Magos de Oriente !!!
Besos y como siempre ¡GRACIAS!
Alex.

Miguel Schweiz dijo...

Francisca, este último tiempo ha sido de una gran alegría, de verte resurgir de nuevo con tanta actividad.

Ya veo que este año puedo seguir viniendo, aprendiendo, sintiendo.

Besos llenos de alegría y de satsfacción

Mónica dijo...

ayyyy los reyes y esa inocencia de los niños jejeje
un saludo

Anónimo dijo...

Te mando un beso.

Volví.

Y espero que hayas tenido un buen comienzo de año.

Besos

Froiliuba dijo...

NOTA ACLARATORIA

Efectivamente Zoe, si un niño de 8 o 9 años, que es la edad a la que por desgracia se enteran de lo que hay, lee este post, es síntoma de que sus padres no ejercen el control que debieran.
Está clarísimo que un crio de esa edad que lee esto puede acceder a posts muchísimo mas explícitos de cosas que a mi entender son bastante más peligrosas
No tengo dudas, pues estoy segurísima de que el que lee esto en la red, ya sabe de sobra lo de los Reyes y mil cosas muchísimo peores.

Anónimo dijo...

Consideremos esta posible opinión alternativa, que no dudo será atacada en toda regla, pero que contiene ideas de suficiente calado para ser tenida en cuenta. No se trata, a mi juicio, de la cuestión, en el fondo casi baladí, de la "ilusión" de los niños (de los propios, se entiende, de los que pueden disfrutar de la posesión de bienes, la ingesta regular de alimentos y la calma de una paz duradera, no de los que de verdad necesitan ilusionarse con la mentira de una vida buena), sino de la facilidad con la que aceptamos, bien adultos ya, todo tipo de engaños y fantasías semejantes, que propician situaciones de adicción irrecuperables y en general hacen más fácil que nos comportemos como una masa sumisa. Bueno, ahí dejo el texto, pescado por algún sitio:

"Lo de los Reyes Magos es lo que es, un engaño, y el que engaña es lógico que las pase canutas cuando la mentira es de tal calibre que insulta incluso a la inteligencia de un niño, que bien que se enfrasca en sus propias reflexiones y llega a deducir que ese tinglado no se sostiene. Ciertamente, cumple algunas misiones tal engaño, misiones no precisamente santas: propicia el primer enganche al consumo, en tierna edad, induce la idea de que el cariño se demuestra con objetos, que la posesión de los mismos es el medio para lograr la felicidad, instaura en la psique de los más pequeños una economía espuria de premios y castigos que no podrá mantenerse con el tiempo y a la que siempre se pretenderá retornar en otras alianzas afectivas (típicamente la matrimonial), etc. En definitiva, es un reducto del pensamiento mágico, que tanto daño hace en las mentes de quienes no se resignan a aceptar la realidad como es y así cercenan la posibilidad de la verdadera alegría, la que se basa en la asunción del mero hecho (efímero y glorioso por ello mismo) de estar vivo en las circunstancias privilegiadas de las que disfrutamos y gozar del cariño de los que nos rodean, que no ha de expresarse necesariamente mediante la producción incesante de óbolos.

Reconocerse culpable del engaño es el primer paso para resolverlo. No se trata de llevar la iconoclastia al paroxismo y proceder a abolir todo engaño (habría entonces que llevarse por delante cosas más gordas, como el Estado, la pareja o la economía). Sin embargo, lo correcto es hablar con franqueza a los hijos, cuando lo demanden con su actitud, cuando menos, de duda, de éste y otros temas no menos trascendentes (las relaciones afectivas, las instituciones sociales y políticas) que se basan en fundamentos igual de deletéreos. Se fían tanto de nosotros... No es bueno forzar la situación ni llevar demasiado lejos la mentira. En ningún asunto."

Un saludo.

NOTA: si los niños tienen acceso al ordenador y no se está el cien por cien del tiempo mirando lo que miran, cosa realmente imposible, pueden acceder con facilidad a las páginas visitadas por los padres, si estos no se toman las molestias de borrar el historial del navegador cada vez que lo usen, o si mantienen accesible una lista de favoritos. Los comentaristas que han visitado esta página harán bien en borrarla del registro de su ordenador si su niño aún creyente en los Reyes Magos va a usar la máquina después, porque estará a la distancia de un click de ratón. Y en la edad de las dudas el niño no dejará de leer el texto, pues su ansiedad por conocer respuestas en un tema que le resulta trascendente será mayor que la presunta necesidad de protección de la propia "ilusión".

Anónimo dijo...

Para los niños que lean esto, les digo una cosita: Los reyes magos no existen, nunca existieron, es un invento.

Palabra del niño jesús.

Unknown dijo...

El comentario de "Transeunte" es demasiado largo para leerlo. Lo siento, chico, si quieres escribir, lo mejor es que te abras tu propio blog (es gratis) y poner aquí un vínculo (si quieres) para que los demás podamos disfrutar tranquilamente de los relatos de nuestra amiga. Un saludo (por cierto Froi, me encantó, y es lo mismo si tenemos hijos que si, por desgracia, no los tenemos)

Anónimo dijo...

Bueno, escribiendo sobre mí has empleado, qué duda cabe, un cierto tiempo (no mucho menor que el que hubieras empleado en leerme) y has mostrado hasta qué punto puede ser soberbio e intolerante otro simple "transeúnte" de un blog, arrogándose el derecho de interpelar de forma tan grosera a otro comentarista e imponiéndole a él y a los demás lectores sus propios y abusivos criterios sobre la longitud de los comentarios o la pertinencia de los mismos, asuntos éstos que, en todo caso, corresponderían a la dueña del blog, a cuyo buen juicio fío la decisión de borrar o no éste u otros comentarios.

Dado que desconoces todo sobre mí, el hecho de si tengo o no blogs, y que además es bien sencillo ignorar la presencia de un comentario dándole al "cursor abajo", te rogaría que en lo sucesivo no te dirigieras a mí bajo ningún concepto, ya que de hacerlo me vería en la penosa tarea de tener que contestarte y tal intercambio completamente extemporáneo de opiniones sí acabaría por perjudicar el buen funcionamiento de este blog que, mientras no se demuestre lo contrario, es de libre participación y en el que no hay prescrita norma alguna de publicación.

Un saludo

Anónimo dijo...

Perdonenme por no firmar con un nombre. Me llamo Pedro y soy el primer anónimo.

Leyendo lo leído estoy mas cerca de lo explicado por Alex, si este me permite mencionarle. No iba mas alla. Tengo dos hijos y ninguno pasara por aqui, pongo mis medios. Aunque advierto y ya lo han comentado antes que los hijos del autor de este post tienen muy accesibles las palabras de su progenitor. Aviso de cuidado. En cuanto a creer o no creer, hay tantas cosas que tenemos que creer a la fuerza que yo quiero con mis 39 años querer seguir creyendo en los reyes y arriesgarme a que mis hijos cuando crezcan me echen en cara el engaño.

No intentaba polemizar. Perdonenme y un saludo.

Pedro

Froiliuba dijo...

Gracias Pedro por entrar y dejar de nuevo tu opinión.

Quizás por no ser escritora , ni siquiera intentar serlo, no expliqué bien el tema o no fuí lo suficientemente explícita.

Lo único que intentaba hacer es compartir con todos lo dificil que es que esa carita de felicidad siga estando así un año más, reirnos de lo complicado que es enfrentarse a las inevitables preguntas
Me importa poco la sociedad consumista, las guerras nucleares ni la leche desnatada si lo que tengo es que preservar que la inocencia de mi hijo, la felicidad y a ilusión que veo cada día 6 de enero se mantenga un año mas.
Por eso me inventaré lo que sea necesario, y me pegaré como Arnold Schwarzenegger en aquella peli con la madre que sea por conseguir el juguete de sus sueños, porque por desgracia estos son de los pocos únicos sueños que podré conseguir yo que se cumplan en su vida, el resto, tendrá que luchar él solito.

Y si a algún blogero no le parece bien, pues lo siento, yo soy así.

Besos y bienvenido Pedro.

A transeunte... aysss, esa forma de escribir... me s como familiar eh, apesar de que haya transcurrido tanto tiempo

Anónimo dijo...

Convendría que además de hacer comentarios que realmente no vienen a cuento sobre mi forma de escribir te pronunciaras sobre el modo en que he sido interpelado. Dice muy poco de tu blog el modo en que se trata a los visitantes ocasionales como yo, que, visto lo visto, no tendrán mucho interés en volver.

Por otro lado, confío en que la transcripción del "incidente" no haya sido literal, porque motejar de "gilipollas integral" a un niño que lisa y llanamente ha dicho la verdad parece excesivo, toda vez que en un futuro muy próximo, como tú misma dices, tu propio hijo será conocedor del secreto que ahora le ha costado apelativo tan duro a su compañero. El complot de silencio de los adultos puede ser generalizado, y yo seré el primero en formar parte de él, pero es ilusorio pensar que puede imponerse a los niños de cierta edad. Si un niño empieza a plantear dudas y a realizar preguntas tan certeras está ejercitando su pensamiento crítico, en una materia en la que le va mucho en juego, y forzar la situación sólo lleva, verdaderamente, a una tensión como la que tú describes. No creo que sea práctico llevar las cosas tan lejos, pero, en todo caso, ésa es una decisión personal tuya.

La sociedad consumista y el ataque nuclear son cosas muy importantes. No creo que se puedan poner en la misma escala de valores que la sonrisa de tu niño cuando intentamos hacer una discusión algo más racional y menos visceral.

Siento haber causado molestias, en todo caso. Suelo olvidar con frecuencia lo inaceptables que resultan los discrepantes en los blogs.

Un cordial saludo y te deseo de corazón que disfrutes del día de Reyes con tu familia.

P.S. ¿Demasiado largo? ¿Hago un resumen?

Anónimo dijo...

Yo he leído con intención y atención lo que dice Transeúnte y se equivoca al afirmar que son inaceptables los discrepantes en los blogs, él sabe de sobra que este mundo sería muy aburrido si todos pensaramos igual. Quizá lo que a veces molesta a la gente y yo me incluyo es "la gente ánonima" pero aún así lo respeto. Y Froi también, pongas lo que pongas no lo borrará, a no ser que seas mal educado.

Sobre los reyes magos, para mí me sigue pareciendo una soberana tontería y me explico:

Antes quiero advertir que mi visión es la de una persona que conoce el tercer mundo en carne propia. Un niño lo que quiere en la noche de reyes, es un regalo o unos padres que le puedan traer ese regalo, lo demás les da igual.

No hace falta desarrollar lo que quiero decir, creo que se entiende perfectamente.

Un abrazo literal y literario!

Anónimo dijo...

Te garantizo, Angelus, que la discrepancia no es aceptada por lo general en la mayor parte de los blogs, y sé bien de lo que me hablo, por experiencia propia y reiterada. Es más, como puede fácilmente comprobarse, lo único aceptable en los comentarios, de facto, es un coro unánime de opiniones desmesuradamente elogiosas hacia el autor (que el autor, religiosamente, devuelve de igual modo en los blogs de los comentaristas). La mínima desviación de esa regla de oro acarrea ataques, no ya del autor, sino especialmente de sus "fieles". En cuanto al anonimato, es curiosa también la reacción que provoca en gente que se pone nicks de lo más fantasioso, no ofrece información alguna sobre su vida real (ni falta que hace, en mi opinión) y en ocasiones hasta deniega el acceso a su perfil. Yo soy un mero transeúnte, no tengo intención de quedarme aquí ni busco relación alguna, así que aspiro a que se valore lo que digo independientemente de quién sea yo, que es, creo, el único modo lógico de proceder entre gente adulta.

Pero, bueno, de sobra sé ya a estas alturas que lo que hay en juego en la blogosfera suelen ser cosas muy diferentes al interés por el conocimiento o por el debate.

Me parece interesante tu planteamiento. Quizás si no se hubiera convertido en algo tan monótonamente habitual el que los padres compren continuamente todo lo que piden a los hijos (y más) la gracia del regalo no se habría desvanecido hasta el punto de tener que incorporar el plus de unos seres irreales al proceso: parecería que si el día de Reyes vuelven a ser los padres los que, como siempre, nos traen lo que queremos, no hubiera pasado nada especial. Algo que sólo se explica en la sociedad de abundancia desmesurada en la que vivimos y que tiene su deplorable contrapunto en aquellos lugares en los que no es posible, no ya la visita de los Reyes, sino la mera existencia del regalo o hasta los padres (lugares éstos que son, tristemente, la inmensa mayoría de los hogares del planeta).

Pero yo no estoy realmente interesado en la abolición del ritual, sino en la adecuada comprensión del mismo: en general, la familia es un entorno propicio al adoctrinamiento (ése es uno de sus principales cometidos) y los padres incorporan un buen número de ficciones a la psique de sus hijos, juzgándolas (no erróneamente en todos los casos) como imprescindibles para la vida en comunidad. Cuando tales ficciones corresponden, por ejemplo, al ámbito de las creencias religiosas, cabe esperar que los padres al menos se crean lo que les están diciendo (aunque habría mucho que decir al respecto), pero hay al menos una ocasión en que los padres mienten deliberada y continuamente a sus hijos: los Reyes Magos. Esa situación de mentira consciente provoca problemas de conciencia en algunos padres, desconfianza en los hijos y no pocos conflictos familiares, como el aquí relatado. Mi postura dista mucho de ser radical en este sentido: se pueden contar parábolas, historias y cuentos a los niños, que saben bastante bien discernir entre lo que es verdad "de verdad" y esa verdad transitoria pero igualmente intensa del juego o del relato, pero, ante preguntas directas, formuladas de un modo maduro (por ejemplo, en lo que se refiere a la reproducción, o a la muerte, o a los regalos de los Reyes, tres temas que obsesionan literalmente a los niños), hay que hacer el esfuerzo de ser veraz, y no forzar la respuesta hasta llegar a extremos inaceptables, que el propio niño será el primero en echarnos en cara. Una cosa es la protección del niño y el mantenimiento de su alegría y otra cosa es llevar el asunto tan lejos como para impedirle el correcto discernimiento de las cosas según va teniendo años suficientes.

Pero no quiero extenderme más. Creo que la cuestión está suficientemente planteada. Haga cada cual lo que crea conveniente, pero intente, en la medida de sus posibilidades, racionalizar su postura para ser capaz de decidir con conocimiento de causa qué es lo más apropiado en cada caso. Conozco situaciones (que nada tienen que ver con lo que aquí descrito) en las que los padres, llevados sin duda por las mejores intenciones, han metido tal cantidad de cosas en la cabeza a sus hijos que los han convertido, por ejemplo en materia sexual, en absolutos incapaces para la vida normal. Es por eso que hay que estar siempre precavido.

Y, aunque no creo necesario decirlo, nada de esta disertación en abstracto tiene que ver con el caso concreto de Froiliuba, a la que reitero mis mejores deseos.

Saludos a todos.

Froiliuba dijo...

Creo que empiezo a ponerte nombre y apellidos Transeúnte.
Ese pensamiento, esa forma de escribir... me recuerdan muchísimo a alguien que hace mil años ya tuvo un blog muy bueno pero que... cerró.

Posiblemente los padres lo hacemos fatal, seguramente soy la peor madre del mundo mundial por mantener una farsa, si, entono el “mea culpa”, pero... como yo SÍ tengo un hijo, pienso que esa mentira es maravillosa, que el mundo esta llenito de mentiras y que por ser una que a mi hijo le hace feliz, la mantendré todo el tiempo que pueda.

Los que somos padres lo vemos perfectamente, no creo que ninguno que ame a su hijo le estropee la ilusión a sabiendas, porque tu hijo es lo mas importante del mundo.

La mejor amiguita del mío es musulmana, y su madre, no solo le cuenta la misma farsa de los Reyes, sino que la deja disfrazarse de mama noel y mil cosas más que van contra su cultura. La respuesta... es fácil, cuando tenga la edad ya le contarán, de momento al vivir en esta cultura nuestra, han decidido que la niña crea, sueñe, ría y se ponga de los nervios viendo la cabalgata y levantándose el día 6 muerta de nervios y fantasía, porque aunque ellos son musulmanes, ante todo está la ilusión de su hija, la magia. Cuando sea el momento se enterará de lo triste y feo que es el mundo, de la crisis, de que los niños mueren de hambre y mil mierdas más, pero como madre que es, como madre que soy, mantener la inocencia de tu hijo es un gran reto por el que se lucha como sea, por muy consumista que sean los Reyes, el ratón Pérez , los cumpleaños etc.

Eso solo puede saberlo y sentirlo alguien con hijos.

En cuanto al ciberespacio, aquí entra y opina el que quiera y no será vetado jamás a no ser que lo que ponga ataque la coherencia y los buenos modos.

Saludos y feliz año 2009 ¿o eso tampoco?

Fran.

Anónimo dijo...

Creo que la clave es "cuando sea el momento", ¿no crees? Lee mi comentario con atención: se trata de no forzar la situación hasta llegar a mentiras de grueso calibre, incoherencias absolutas o, como tú relatas, descalificaciones muy groseras de otros niños que ya "no mantienen la ilusión" (pobrecitos, ¿no?, no creo que se merezcan el que se les llame gilipollas integral o se diga que son malos y los Reyes no les quieren). No se trata de negar la posibilidad de mantener ilusiones, se trata de no hacerlo contra viento y marea, violentando tanto las cosas que al final resulte contraproducente. En esta y en otras ficciones hay que ser cuidadoso para no excederse, de igual modo que tú eres cuidadosa para no quedarte corta. Habrá otras muchas situaciones que te pongan en dilemas semejantes (la muerte o el sexo, ya digo) y tendrás que tener en cuenta que lo que defiendas con rotundidad en ese momento de las dudas se quedará marcado de tal modo en la psique de tu hijo que harán falta años y años (y a lo mejor psiquiatras) para desmontar según qué cosas.

Veo que insistes en tomártelo por lo personal y que incluso aduces tu condición de madre, como si todos los que no la poseyeran no estuvieran legitimados para opinar. A veces una observación algo más distante y racional, menos visceral, aporta algo de luz. Yo no hablo de tu caso, intento elevar siempre el tono del discurso: hablo, si quieres, de otros casos, observados frecuentemente por mí, muy cercanos, en los que las buenas intenciones de los padres han traído consecuencias desastrosas.

Veo también que insistes en el intento de identificarme. No veo qué importancia puede tener quién sea yo, sino, en todo caso, lo que yo diga. Si uso un nombre como "transeúnte" y no utilizo otros, ni hago referencia a blogs pasados o presentes, es porque juzgo que tal información no es pertinente. Me gustaría que respetases esa elección personal y no siguieras por ese camino, o, de lo contrario, me veré obligado a abandonar el blog.

Sigo esperando, así mismo, tu toma de postura sobre el ataque que ya he sufrido.

No entiendo, por otro lado, el no muy sutil sarcasmo de tu frase final. No tengo problemas en felicitar el año a nadie, me parece una cosa lógica. No tengo problema con la existencia de los cuentos de hadas o con la práctica de las tradiciones de cualquier tipo. Intento sólo que se introduzca un poco de racionalidad en los discursos y se sea capaz de desarrollar algunas argumentaciones en abstracto. De todo lo que has dicho, por ejemplo, puedo suscribir la mayor parte. Lo que me sigue pareciendo el quid de la cuestión, y lo es porque así lo has planteado tú desde el principio con tu post no es lo inadecuado de ciertas fantasías, sino el modo en que se gestiona la introducción paulatina o drástica de la realidad en ese mundo de fantasías. Ya sabes, el "cuando llegue el momento": el momento, me temo, lo deciden los niños, no los padres. Puede que no sea "el momento" para ti, pero tendrás que preguntarte por cuándo es "el momento" para tu hijo, y para ello siempre tendrás que escucharlo e interpretar adecuadamente su actitud.

Pero, de nuevo, no estoy intentando darte ninguna lección ni realizarte ningún reproche, y el "tú" de mi intervención es puramente retórico. Como tú SÍ tienes un hijo tú ya sabes lo suficiente.

Si yo tengo o no hijos es algo que desconoces y que debería resultar irrelevante, ¿no crees?

Un saludo y feliz año, a ti y a todos los contertulios.

Anónimo dijo...

Comparto lo que dices Transeúnte sobre los elogios en los blogs tan desmesurados y hasta empalagosos. Sabemos que es una cadena: tú me dices que escribo bien y yo te digo lo mismo o más bonito. No me gusta eso e intento alejarme de ello. Lo reprocho pero tambien lo respeto, como también respeto que la gente oculte su perfil.

Si te pasas por mi blog, hay un enlace que se llama, Puente Aereo, es literario, y ahí se discute mucho y la gran mayoría son anónimos. Son escritores que quieren mantener su identidad al margen.

Y, sobre los Reyes Magos, comprendo tu postura, y la mía quizá sea algo egoísta, pues no tuve infancia. Además los niños ellos solos se terminan dando cuenta, no hace falta prepararlos para ello.


Un abrazo y el debate siempre estará servido de mi parte cuando hay un respeto mutuo, como ha sido en este caso.

Para terminar decirle a Froi que también comparto su punto de vista.

Aunque en este caso no he querido valorar literariamente su post.

Bye bye

La sonrisa de Hiperion dijo...

Veo que ya te tenemos de vuelta... Menos mal que la sequía ha durado poco.
Un saludo amiga!

maroche dijo...

Hola, Froiliuba.
Encantada de pasarme por aquí y ver tu blog tan "movidito".
Yo también he tenido Noche de Reyes y aunque mi hijo ya ha pasado al grupo de los adultos y a participar en el amigo-invisible, sigo teniendo un montón de sobrinos en edad de ilusionarse hasta la histeria en esta noche en que de manera mágica aparecen unas sacas de regalos ante la puerta mientras estábamos todos cenando. Ha sonade el timbre, pero cuando llegamos a abrir nadie ve a los pajes, nadie ve a los reyes ni a los camellos. Todo lo más se les escucha bajar al galope las escaleras porque tienen mucho que repartir y muy poco tiempo para quedarse a tomar uno polvorones ni una copita de anís.
Un beso y feliz entrada de año

John Sereira elturiferario dijo...

... y luego, hay que recuperar esa magia que se perdió, o quedó allí... cunado los magos llegan de verdad, con regalos que no tienen valor pecuniario, sino otro...

Saludos, gracias por estar... y lo mejor para este año también...

Juan.

Infiernodeldante dijo...

Siempre hay un "nosequien" que aparece para joder, pero mientras dura esa magia, nada es comparable a como se vive esa etapa en la vida de un chico. Que bueno que Ana, que sería acá el cuarto Rey mago, pudo conseguirlo, jaj. Muy buen relato. Siempre es un gustazo pasar por tu casa, preciosa. Dejo beso.

La signora dijo...

¿Disfrutó el juguete?
Espero que sí.

Dharma dijo...

jajajajajajaja No tienes idea de lo que me reído. Es que me veo en el mismo espejo y en la misma situación. Creo que no hay una mamá que no haya pasado por algo así.

Un beso Froi.

Anónimo dijo...

¡Me encantan estos debates sobre si son galgos o podencos! Vaya comienzo de año tan movido.

Yo de momento no tengo los problemas de buscar respuestas pues mi hija tiene todavía 5 meses, pero leyéndote se me ponen los pelos como escarpias al pensar en que mi pobre cabeza va a tener que discurrir tanto. Bufff. Lo que sí tengo claro es que intentaré mantener viva la ilusión de mi hija en estas fechas y, si puedo, la de cualquier otro niño.

Biquiños y gracias por tus posts. Siempre resulta mágico leerlos.

PIER dijo...

Me haces recordar a mi sobrino que nos dejo montar toda la fiesta de noche buena para papa noel.. y el muy listo ya sabia que no existia.. nos lo dijo al otro dia, todo muerto de la risa..Más que todo por los regalos.. huy.. como son los pequeñines., Pero es verdad una cosa.. Da penita cuando ya saben la verdad se acaba la magia..

abrazos.

Unknown dijo...

Chica , menudo cambio de look, o como se diga... quedó preciosa tu casa..me encanta...pero chula¡, chula...
beso

Nómada del Mundo dijo...

Qué puedo decir yo, después de todo lo que ya has leído en mi pequeño Café...

Mejor te dejo un saludo, y un beso.

boticcario dijo...

Me acabas de recordar lo que le pasó a mi hermano al comprarle el regalo a mi hija (a la sazón ahijada suya). Fueron con su hijo de 2 años a un centro cualquiera. Al ir a coger la caja elegida, y con solo ver el dibujo, su hijo le dijo: ¿Para quien es el cocodrilo sacamuelas?. dejandoles atónitos de que el niño supiese lo que era eso. Y es que, como dices tú, la publicidad les inunda en esos días

Un beso

Modhe (Cultellus) dijo...

Aqui os dejo una historia que me llego por correo, que creo que nos ayudara a mas de uno, cuando venga el caso. La pongo en dos partes porque es muy larga, mi hermana "adoptiva" decidirá si se queda o no. Un besazo.

Una bonita historia para todos aquellos que algún día tendréis que contarla...Los Reyes Magos son verdad.
Apenas su padre se había sentado al llegar acasa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye,quiero... que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que... -titubeó Blanca
- Dime, hija, dime.
- Papá,¿existen los Reyes Magos?
El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta,
pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
-¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca .
- Entonces no lo entiendo. papá.
- Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
- Cuando el Niño Jesus nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero. no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.

Modhe (Cultellus) dijo...

Segunda parte.

- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá.. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado. Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía: - No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.
Feliz Navidad desde todas las partes del mundo.
Por cierto, echa de tu casa a ese barbudo y gordo impostor de rojo, es un invento de la Cocacola !!!

Esos datos que todos miramos


GRACIAS POR LA VISITA