De pequeña era una niña nerviosa, diferente, que se convirtió en una adolescente difícil e introvertida, siempre pensando que todo el mundo se reía de ella, que le tenían manía. Poco a poco se volvió una persona solitaria.
Aquel verano, cuando decidió marcharse a Inglaterra de au-pair para perfeccionar el inglés, apenas duró allí un mes, tuvieron que enviarla a casa urgentemente. Ángela había empezado a oír voces en su cabeza, esas voces que antes, en la seguridad del hogar habían estado solo susurrando, ahora al encontrarse sola en un lugar extraño y hostil, se habían rebelado explotando en su cabeza.
Su madre no se explicaba qué podía haber sucedido para que su hija, su ángel del cielo, fuese diagnosticada de esquizofrenia paranoide, pero a partir de ese momento se dedicó a ella en cuerpo y alma. Su padre no lo pudo soportar y se marchó de casa sumergido en los vapores de una botella.
La agresividad, los ataques de mal humor, cada día eran más frecuentes, y como la sanidad pública hacía tiempo que había desmantelado los llamados manicomios, este tipo de enfermos entraban y salían del hospital, quedando entretanto al cargo de sus poco preparadas familias.
Esa mañana, su madre se encontraba ya en la cocina preparando la comida cuando Ángela se levantó, como siempre, muy tarde, y ya con su primer cigarrillo en la boca.
Ni siquiera la había mirado para darse cuenta de que su niña no tenia un buen día, cuando levantó la cara sólo le dio tiempo a ver una boca desencajada y unos ojos llenos de profundo odio.
Vio volar el cuchillo, la sangre empezó a brotar de su cuello y a notar sabor a sangre. Sintió una inundación en la garganta que la ahogaba sin dejarle articular ese “¿porqué?”, que ahora moría en su boca mientras caía al suelo.
Ángela se quedó mirando como su madre yacía sobre el enlosado, agonizando, desangrándose.
Dejó caer el cuchillo, se encendió otro cigarrillo con la colilla del que le pendía de la boca y se concentró en mordisquearse una uña.
7 comentarios:
Queridiña, supongo que "vaciarte" en estos terribles textos, hace que seas como eres y, entonces, bienvenidos sean.
Terrible y por desgracia, bastante real historia, aunque por suerte, no siempre con este final.
Es cierto que este tipo de enfermos no deberían estar exclusivamente a cargo y responsabilidad de familias que muchas veces no están preparadas o no pueden dar la necesaria atención.
Biquiños.
Te lo dije: A historia triste, chistecito al canto:
Pregunta el Fiscal:
- ¿Es cierto que Ud. El día de los hechos se cagó en los muertos del denunciante, en toda su puta familia, en la perra de su madre y en el hijo de puta de su padre, al igual que en toda la corte celestial?
Respuesta del acusado:
- No, es falso... Yo estaba tranquilamente trabajando en la fundición y entonces le dije: "Antonio, por Dios, ¿no te das cuenta de que me has echado todo el acero fundido por la espalda y que es una sensación muy desagradable?"
Chema Madoz también es uno de mis fotógrafos preferidos. Me alegro que Veermer nos haya enlazado.
Te dejo un saludo afectuoso, desde el Sur.
es una enfermedad cruel y traicionera, muy traicionera y lo malo es que no tiene cura, a veces disminuye, pero en un descuido la cosa se puede poner muy fea.
un afectuoso saludo.
Dura, muy dura historia y que por ser tan real y repetida, hace que duela solo con leerla e imaginar, que puede pasar por las mentes de los dos participes, en un momento así.
ALEX
Excelente representación de la mente de un esquizoide. Enhorabuena.
Saludos sangrientos
Blood
Joer, pero qué historia nos has dejado. ¡Y qué real parece! Se podría hacer un buen corto con ella. Proponlo.
Besos
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