... Siempre he tenido unos cuantos amigos maravillosos. Incluso he tenido maravillosos conocidos. Hay momentos en que se prueba la verdad del oro, por lo general mudo, y la del metal sobredorado, por lo general vociferante. Es bueno que, en cada vida, exista alguna ocasión que los distinga.....

(Antonio Gala)



ANÓNIMAS ?? NO.

Todas las obras tienen autor. Triste es que circulen imágenes por la red sin autoría, como simples anónimos. Debemos acabar con esto, por ello invito a todos los artistas a firmar sus obras y a todos aquellos que las utilizan a poner su autoría y a ser posible, el link hacia el autor o no utilizarlas.



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4 may 2008

Resignación

Nunca había sido capaz de decidir nada por si misma.

Cuando era pequeña sus padres se habían encargado de su educación férrea, le habían marcado todas las pautas a seguir y decidieron que debía estudiar en aquel colegio interno como era costumbre entre las señoritas de su posición.
Aunque ella no quería y hubiera preferido ir al pequeño colegio de su localidad con todas sus amigas, lo asumió sin rechistar, era lo que debía hacer, lo que le marcaban sus padres, no tenia fuerzas para rebelarse, y lo aceptó resignada.

Salió del colegio totalmente preparada, ya era una chica educada y casadera.

Ella hubiera querido ir a la universidad y estudiar Bellas Artes, pero su padre le había elegido un futuro mucho mas prometedor al lado de aquel hombre algo mayor y muy conveniente.
Siempre sumisa, pensó que era lo que el destino le deparaba, que no tenía capacidad para enfrentarse, el miedo al cambio, a lo desconocido, y el adaptarse a lo establecido hizo que aceptase su matrimonio pactado. La pintura y el arte pasaron a ser un simple entretenimiento.

La vida con aquel hombre no era mala del todo, su posición económica era buena, la trataba con cariño, no le permitía mucha libertad, controlaba sus movimientos y salía solo con él, pero tenia asumido que era lo que debía hacer una señora de bien, que era la vida que había aceptado, era el camino marcado y con resignación, por él caminaba arrastrando sus cadenas.

Cuando llegaron los hijos, aún sin tener una gran vocación de madre, les amo y se volcó en su cuidado, aceptando de nuevo que esa era su función y su papel. El caballete y los óleos, fueron cuidadosamente almacenados en el desván, ya para siempre.

Su vida fue pasando así, sin más, viviendo lo que le habían establecido primero sus padres, después su marido y finalmente, sus hijos.

Cuando estos decidieron que estaba muy mayor y era un estorbo, que mejor estaría en una residencia, carísima eso si, porque debían cuidar las formas, ella sin mediar palabra y con una pequeña lágrima en los ojos, empaquetó las escasas pertenencias que le marcaron, y resignada a vivir de nuevo lo que otros habían decidido para ella, se marchó a su nuevo y último domicilio dispuesta, a recibir nuevas órdenes.
Fotografía de : Lucien Clergue

12 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

tanta resignación la llevó a ese destino, fue mucha resignación

saludos

Anónimo dijo...

Historia mil veces repetida, con final trágico. Al menos para mí, el final es una auténtica tragedia.
Afortunadamente hoy, aqui, ya solo deben de darse los desenlaces de historias parecidas y no en su totalidad.
Alex.

Anónimo dijo...

Cruda realidad y crudo destino para una persona cuando las fuerzas desaparecen, dejas de valerte por ti mismo y no queda otra opción que contemplar el designio de la amargura en los años vividos.

Me ha gustado el fondo de la historia pero no su forma.

Un saludo.

Unknown dijo...

La diferencia entre tener hijos y no tenerlos está en que, si los tienes, te llevarán en coche a la residencia de ancianos; y si no los tienes, te cojerás un taxi...

Unknown dijo...

...y como ya te he deicho que ¡a ver si escribes algo con más humor (las historias tristes son demasiado fáciles), te mando un chiste:
- "Y ¿a ti te gustan las lamejas con limón",
- "A mi me encantan, pero a mi mujer le escuece un poco"
(PS. A partir de ahora cada vez que cuentes algo triste te pondré un chiste, a ser posible, que no venga a cuento) ¡He dicho!

Manu Espada dijo...

Hay residencias que son mejores que hoteles, y mejores que muchas casas. Yo de viejo pienso irme a una, mejor eso que estar con la sensación de que molestas. ¡Y puedes ligar con las viejas!

fonsilleda dijo...

No es solamente el final en una residencia, es el estado de sumisión al que muchas mujeres han estado abocadas durante demasiados años. Eso es lo que realmente choca y has reflejado muy bien. No se rebela porque ni podía, ni sabía ni se lo hubieran permitido.
Gisleno tiene razón, muy pesimista nos estás tú...

PIER dijo...

Que pena!..
Y aún en esta época sigue pasando..
Una historia muy triste..
Y una realidad ya cifrada...
abrazos.

Vanessa Alanís dijo...

a algunas mujeres les/nos pasa que preferimos vivir bajo el ala de alguien más porque nos da miedo volar solas....

por otro lado, también hay/habemos mujeres que después de andar mucho solas por la vida, deciden que está bien someterse de vez en cuando a alguna voluntad exterior.

qué te parece?

Francisco Méndez S. dijo...

" joven con pendiente de perla". pinché sobre el cuadro, gracias por el regalo de ver cuadros tan bellos

Saludos

Anónimo dijo...

Se encoge el corazón al leer esta historia. La semana pasada supe que hay familias que estan dispuestas a compartir su hogar con personas como la de este relato. Me sentí un poquito, solo un poquito, reconfortada.

Maria dijo...

Ups! Se me escapó el comentario sin decirte que hay una pequeña muestra de agradecimiento para ti en Tonterias Emocionales. Un abrazo.

Esos datos que todos miramos


GRACIAS POR LA VISITA